9 de julio de 2010

EL ESTATUT DE LA DISCORDIA

Según ciertos sondeos,hay en Catalunya alrededor de un 20 % de independentistas,es decir,personas a los que el Estatut no les importa en absoluto,puesto que lo que en realidad desean,es la creación de un estado propio.Si a ello añadimos el 40 % comomínimo,de ciudadanos que no se molestaron en acudir a votar el referendum del Estatut,la pregunta es ¿De verdad los ciudadanos catalanes son entusiastas del Estatut?.

Yo creo que en torno a este asunto,hay una inmensa hipocresia,no de los ciudadanos,sino de los partidos políticos que no contentos con haberse metido en un berenjenal indigerible,pretenden ahora que los ciudadanos les saquen las castañas del fuego.Y para ello,mientras con el rabillo del ojo,se vigilan unos a otros y evalúan porcentajes de futuras elecciones,no dudan en apelar a los sentimientos más viscerales de sus conciudadanos.Como saben todos los sindicalistas asamblearios partidarios del voto a mano alzada,es muy fácil encauzar los sentimentalismos de quienes honradamente,se sienten heridos por pretendidos atropellos a su propia dignidad.Las dison maestras en señalar siempre al enemigo exterior para tapar sus propias carencias con masivas concentraciones y agitar de banderas.

Defender el Estatut es defender la Constitución,ya que no existe legalmente el primero,sin dimanar directamente de la segunda.Por ello es contradictorio y absurdo,que los que quieren la independencia,salgan ahora apoyando un Estatut en el que el el fondo,ni creen ni comparten.Que el Tribunal Constitucional se ha demorado en exceso y apunta a una deriva de politiqueos es un clamor popular.Pero las sentencias están para ser cumplidas y fuera del respeto a la ley,sólo hay barbarie.Y parece extraño que el representante natural del Estado en Catalunya,que es el cordobés Montilla,llame a rebato y no tenga empacho en echar más vinagre a heridas que otros han abierto.

Lo cierto es que a nivel solamente politico,hay malestar entre los catalanes.Son los politicos los que alientan el sentimiento de la eterna queja.Y da igual una corrida de toros que un desfile del ejército.Digamos la verdad: se pretende por todos los medios borrar el nombre de España del espectro catalán y para ello,cualquier matiz es válido.¡Hasta hay quien desea que la slección española de futbol pierda ante quien sea!.Llevados a ciertos extremos,deberían comprender ciertos politicos,que lo único que consiguen es hacer el ridículo más lamentable.

Catalunya tiene hoy en día un Estatut que le otorga una autonomía elevadísima.Hace treinta ños,ni el más fervoroso catalanista lo hubiera soñado como posible.Ya es hora de archivar esas quejas permanentes y olvidar reivindicaciones imposibles.Queremos tranquilidad.Y ello no es óbice para que los catalanes lo sean en toda su integridad y que se autogobiernen como mejor pretendan.Y que los independentistas expresen sus sentimientos con toda libertad ¡faltaría más!,pero que no pretendan condicionar a quienes no lo son,con el mismo derecho y con la misma libertad.

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